domingo, 30 de diciembre de 2007

NI TAN TAN, NI MUY MUY


Se realizaron las elecciones generales y el 10 de diciembre asumió el nuevo gobierno nacional que, a decir de verdad, a estar por la designación de ministros, no es tan nuevo. Esto no es, en primera instancia, ni bueno ni malo. Depende de las idoneidades, cualidades y sospechas que pueden caer sobre los designados. Es verdad, una mujer asumió por primera vez en forma directa la presidencia de la República y eso sí es nuevo. Su discurso en la asunción de su cargo tiene algunas afirmaciones positivas que implican, en cuanto no sean sólo palabras, una toma de `posición frente a problemas graves que afectan a la sociedad argentina. Uno de ellos, fundamental por su implicancia, el relativo al deterioro de la educación y a las responsabilidades.
Lo hemos dicho antes y no vamos a cambiar de opinión ahora, no nos gustó el mecanismo de elección de los candidatos en donde el dedo reemplazó a la voluntad de los afiliados de los partidos, la mayoría de ellos, es verdad, divididos y maltrechos.
Sería injusto no reconocer lo hecho durante la presidencia del doctor Kirchner, a la luz de la situación que viviamos en diciembre de 2001 en que estuvimos al borde de una guerra civil. También lo hemos dicho, estamos de acuerdo con los lineamientos generales en las relaciones internacionales, el impulso a la unidad latinoamericana y al Mercosur y no dejamos de reconocer las mejoras sociales que ha ido alcanzando una parte postergada de la sociedad argentina.
Pero urge recuperar el dominio en el manejo de transportes, energía, comunicaciones e industrias básicas, para dejar de ser presos de los monopolios. Asimismo, reconstruir la cultura del trabajo asegurando un ingreso mínimo, vital y móvil. También urge reconstruir el ingreso de los jubilados cuya inmensa mayoría percibe la jubilación mínima.
Debe prestarse atención a las cuestiones culturales. No todo el mundo en Argentina está para ver y escuchar basura. El espectáculo de despedida de Julio Bocca, espectáculo gratuito y en la vía pública, mostró que cientos de miles de personas no están dispuestas a revolcarse en el estiercol de la mayoría de los espectáculos y programas televisivos
Hay capítulos gravísimos que no sólo no se han morigerado sino que se han agravado hasta límites intolerables: uno es el de la seguridad; el otro es el del narcotráfico, que está haciendo estragos en todos los estratos y edades de la sociedad argentina. Son problemas que se retroalimentan a la luz de las complicidades y de la corrupción estructural existentes en todos los niveles.

miércoles, 15 de agosto de 2007

EL DEDO Y LAS FORMAS

Por Víctor Oscar García Costa

Seguramente por haberlo aprendido de nuestros maestros en la vida política y social y haberlo comprobado después hasta el hartazgo, estamos convencidos de la necesidad del respeto por las formas institucionales establecidas. De ese aprendizaje nos viene el convencimiento de que los que menos fuerza tienen, normalmente son los que tienen más razón. Porque la verdad es que si no tienen la fuerza y tampoco tienen la razón, entonces no tienen nada. Y es por eso mismo que los más débiles no deben desentenderse de las formas institucionales y de su respeto, aunque ese desentenderse obedezca a la razón, normalmente efímera y circunstancial, de que esa vulneración de las formas aparentemente los favorece. Los más débiles en la estructura social son los que más deben aferrarse a la defensa de las formas, especialmente a las formas del Derecho, en las que reside el máximo de su protección jurídica.
El olvido de las formas institucionales trae, más tarde o más temprano, grandes dolores a los sectores más débiles de la sociedad. Los argentinos tenemos muchísimos ejemplos de ello, hasta alcanzar el carácter de verdaderas tragedias. La teoría según la cual si la vulneración de las formas nos favorece debemos mirar para otro lado, es un pésimo consejo. Los que pueden vulnerar y normalmente vulneran las formas, muchas veces sin necesitarlo, son los que tienen el poder para hacerlo y, precisamente por eso, los más débiles no deben desentenderse de ello. Es posible que hoy las vulneren de manera que pueden favorecer a los más débiles, pero mañana seguramente van a ser vulneradas para afectarlos en sus derechos o para justificar los privilegios de los que más tienen.
No hace mucho tiempo, a pesar de que la Constitución dice que la confiscación de bienes está borrada de nuestro sistema institucional, el poder ejecutivo estableció el corralito y luego el corralón y a cientos de miles de modestos ahorristas le fueron confiscados sus ahorros. Los perjudicados entonces no miraron para otro lado, pero fue porque se trataba de sus intereses económicos más directos.
El Constitucionalismo ha sido un gran avance en el sentido de establecer las formas institucionales y de preservarlas. No tenemos la ingenuidad de creer que la Constitución es ajena a la estructura económicosocial de la Nación. De ninguna manera. Cada Constitución es el reflejo de la estructura económico social de su tiempo, y en una sociedad dividida en clases, la justicia es de clase, la educación es de clase, todo es de clase, pero a medida que las mayorías populares van alcanzando un mayor espacio de participación, la Constitución y las formas son, además de una limitación al poder de los más fuertes, la posibilidad de una mayor garantía para la preservación de los derechos de los más débiles.
Cuando se ha elegido un sistema institucional regido por normas constitucionales y legales hay que ajustarse a ellas. Sólo el DERECHO A la Revolución, entendida ésta como el derecho a cambiar las estructuras económico-sociales, justifica la alteración del sistema institucional para crear uno nuevo como DERECHO DE la Revolución.
Más allá de la simpatía con que vemos muchas de las acciones de este gobierno, no nos gusta el dedo -mucho menos familiar- como instrumento de elección de los candidatos. Aún reconociendo la profunda crisis de los partidos políticos, la dedocracia es, además de inconstitucional, normalmente funesta. No importa que hoy favorezca o aparentemente favorezca a la voluntad de los más débiles. El sistema elegido, por no nacer en el DERECHO DE una Revolución, es francamente monárquico y antirepublicano.
Nos atreveríamos a decir más: aunque la fórmula digitada fuera plebiscitada electoralmente, conllevaría un vicio de origen que la afectará siempre.
Si no fuera así tendría validez aquella afirmación del dirigente conservador Matías Sánchez Sorondo, ’’el enterrador’’, ministro del interior del dictador José Félix Uriburu, ’’von Pepe’’, que sostenía el absurdo de que si el pueblo elegía un dictador eso sería una ’’dictadura democrática’’
.

jueves, 5 de abril de 2007

A 25 AÑOS DEL 2 DE ABRIL DE 1982

LAS ISLAS MALVINAS. UNA HISTORIA INCOMPLETA
Por Víctor O. García Costa
Tenía pensado escribir sobre el tema Malvinas al aproximarse el 25 aniversario de la recuperación de las Islas, pero decidí esperar, convencido de la oportunidad y certeza del refrán que dice que “no por mucho madrugar se amanece más temprano”. La espera me permitió comprobar que poco nuevo se puso en conocimiento público en estos días, que el recordatorio siguió acusando grandes olvidos y que hay grandes sectores de la vida nacional con rica presencia, que aparecen como ausentes antes, durante y después del conflicto bélico. Ha habido en estos días, mucha anécdota, poca historia y saltos, como sobre ascuas, por sobre importantes episodios transcurridos entre el 2 de abril de 1982, día de la recuperación, y los días de junio de ese año, en que se reconoció la derrota militar.No quiero hablar ahora de los grandes capítulos que continúan en silencio. Lo iré haciendo en sucesivos artículos. En éste, sólo quiero señalar que ningún órgano de prensa, ni periodista, gráfico, radial o televisivo recordó que hasta 1934 jamás el Congreso Argentino había tratado el tema Malvinas. Al Parlamento llevó la denuncia de la usurpación, por primera vez, el Senador Alfredo L. Palacios al plantear, el 21 de septiembre de 1934, la necesidad de que la Comisión Nacional de Bibliotecas Populares, hiciera una edición en castellano del libro de Paul Groussac, en francés, Les Iles Malouines, publicado por la Editorial Coni en 1910. En la oportunidad, Palacios señaló que era necesario “que todos los habitantes de la República sepan que las islas Malvinas son argentinas y que Gran Bretaña, sin título de soberanía, se apoderó de ellas por un abuso de fuerza”.Convertido su proyecto en ley 11.904 se encomendó a la Comisión Protectora de Bibliotecas Populares, presidida por Juan Pablo Echagüe, además, compendiar la obra de Groussac a efectos de distribuirla en todos los establecimientos de enseñanza de la Nación. Así conocieron los niños y adolescentes argentinos los derechos argentinos en Malvinas.El senador Palacios no dejaría de volver sobre el tema en 1936; 1939; 1941; 1961 y 1964, pocos meses antes de morir.Ese mismo año 1934, Palacios publicó el primer libro argentino sobre la materia: “Las Islas Malvinas. Archipiélago Argentino”, editado y reeditado en 1946 y 1955 por Claridad, con un material completísimo que reúne todas las razones históricas, geográficas y políticas que respaldan los derechos soberanos de Argentina en Malvinas.También se ha olvidado que en casa de Alfredo L. Palacios, Charcas 4741, el 19 de octubre de 1939 se fundó la Junta de Recuperación de las Malvinas, presidida por él e integrada, entre otros, por los escritores Juan Carlos Moreno y Antonio Gómez Langenheim, autores de importantes obras sobre las Malvinas.Muchos años antes, en 1898, otro socialista, Roberto J. Payró en su extraordinaria obra La Australia Argentina, denuncia la usurpación y se queja de la nomenclatura inglesa en la región patagónica. En 1940, en su trabajo Argentina, y en 1946. en su libro Las Islas Malvinas, otro socialista, Alberto Gerchunoff, decía con un dejo de impotencia: “Nos resignamos, pues, y continuamos leyendo la literatura de los cancilleres, en que se seguía, de lapso en lapso, recordando a Gran Bretaña que nos debe devolver lo que nos hurtó en 1833, esas Islas Malvinas, amadas con desinteresado amor porque nos las habían quitado con la razón brutal de la fuerza, y que veíamos, esfumadas en la niebla, agobiadas en la melancolía de su silencio, en los brazos del círculo muerto del Polo Sur
”.

sábado, 17 de febrero de 2007

LA MUERTE DE HERMINIO IGLESIAS

UN RECUERDO DE HERMINIO IGLESIAS

por Víctor O. GARCIA COSTA

Ha fallecido el dirigente peronista Herminio Iglesias, que ocupó importantes cargos en la conducción de su Partido y fue Intendente de Avellaneda y Diputado Nacional. Provenía del movimiento obrero, en el que había sido metalúrgico en Avellaneda.

Amado y odiado, se le endilgó sin fundamento la culpa de la derrota de la fórmula justicialista Luder-Bittel por la fórmula radical Alfonsín-Martínez en las elecciones de octubre de 1983, a raíz de haber procedido a quemar un ataúd con los símbolos de la Unión Cívica Radical durante el acto justicialista de cierre de campaña en el palco levantado frente al Obelisco. No se pierde una elección por un acto folklórico. Hay y hubo razones más profundas para esa derrota.

De origen muy modesto, intuitivo y rudimentario, Herminio Iglesias fue motivo de chanzas y verdugueos porque dijo en un reportaje “conmigo o sinmigo”, lo que luego dio lugar a largos debates académicos sobre la procedencia o improcedencia del segundo vocablo

Era un hombre de acción, de lo que tenía diversas huellas en su cuerpo, producidas por tajeadas y balazos Lo traté en muchas reuniones políticas y me encontré con él varias veces en un local de la calle México donde Herminio solía jugar al billar y si bien es cierto que se lo ha criticado con dureza, debo decir que fue un dirigente con códigos y que su palabra tenía más valor de compromiso que el de muchos dirigentes políticos que he conocido.

Fue un luchador muy valiente en la provincia de Buenos Aires durante la dictadura de Onganía y recuerdo un episodio durante la dictadura instaurada en 1976. Nos habíamos reunido unos pocos en la Confitería del Molino para firmar un documento de escasas cuatro líneas reclamando por los desaparecidos, que yo debía llevar para la firma del doctor Balbín. Cuando estábamos en esa tarea llegó un dirigente político tucumano y nos dijo que por conversaciones que había tenido hacía pocas horas, la firma de ese documento podía traernos serios problemas personales por la reacción de la dictadura. Herminio, casi como una réplica a la advertencia, preguntó: ¿Dónde hay que firmar? y estampó su firma.

No he tenido con Herminio Iglesias prácticamente ninguna coincidencia ideológica ni metodológica, pero creo que es honesto, sobre todo cuando se ha ido de la vida, recordar ese gesto valiente que, seguramente, nadie memorará, ocupados todos con el cajón quemado y el conmigo y sinmigo.

domingo, 28 de enero de 2007

UNA CRONOLOGIA HISTORICA

TIEMPO DE TRAGEDIAS Y ESPERANZAS
Una cronología histórica de Andrew Graham-Yooll
por Víctor García Costa
Con el sello de ediciones Lumiere y en excelente presentación, nuestro amigo Andrew Graham-Yooll, director del Buenos Aires Herald, ha dado a luz una voluminosa obra de 947 páginas titulada Tiempo de tragedias y esperanzas. Se trata de una cronología histórica que abarca desde septiembre de 1955 hasta diciembre de 2005, como dice en su tapa: de Perón a Kirchner. Andrew Graham Yooll, destacado periodista que ha trabajado en The Daily Telegraph y The Guardian y dirigido las revistas South (1986-1989) e Index on Censorship (1989-1993), suma así una nueva obra a sus anteriores publicaciones, entre ellas: La colonia olvidada, Memoria del miedo, Ocupación y reconquista.La obra que comentamos suma al riguroso registro diario varios apéndices, indispensables para la mejor comprensión del período que trata: I. Comunicados de la Junta Militar al iniciarse y durante el llamado Proceso de Reorganización Nacional. II. Presidencias, ministros y secretarios de Estado de los gobiernos sucedidos desde el 4 de junio de 1946 -gobierno de jure del general Juan D. Perón- hasta la finalización del gobierno de facto de Jorge Rafael Videla. III. Los muertos de 1975, enumerados cronológicamente. IV. El periodismo y la prensa en la Argentina 1973-1976. V. Publicaciones políticas y sectoriales de interés general, en circulación en el período 1973-1976, a los que se agrega un Indice onomástico 1955-1976, otro Indice onomástico 1976-2005 y un Indice de autores consultados.Personalmente, siempre le hemos dado significativa importancia a las cronologías, que, lamentablemente, no son abundantes en la bibliografia argentina, y hemos dedicado gran parte de nuestra vida al registro cronológico de los hechos y, también, personal de los actores, por lo que celebramos la aparición de esta obra de Andrew Graham-Yooll.Si la memoria no nos es infiel la primera obra significativa en esta materia fue la producida en 1947 bajo el sello editorial Ayacucho por Manuel Vizoso Gorostiaga, titulada Diccionario y cronología histórica americana, con prólogo de Ramón de Castro Estévez, destacado historiador de las comunicaciones postales argentinas Vizoso Gorostiaga dedicó su obra al general de brigada Juan Domingo Perón por entonces presidente de la República.La obra, de 541 páginas en pequeña tipografía debió sufrir, injustamente, primero el ser ignorada por la mayoría de los investigadores argentinos, situación agravada después del derrocamiento del general Perón en 1955, al desjerarquizársela por esa suerte de adhesión política que implicaba la dedicatoria del autor. Difícil de hallar hoy, fuerza es reconocer que nos ha sido sumamente útil para nuestro trabajo de investigación.La obra de Manuel Vizoso Gorostiaga concluye con los primerios años del primer gobierno del general Perón, en 1946, de modo que, aunque encarada con criterio diferente, la obra de Andrew Graham-Yooll resulta ser una suerte de continuación cronológica de la primera. Sólo quedaría ausente del registro cronológico el período correspondiente a las dos primeras presidencias del general Perón (1946-1952 y 1952-1955).Ultimamente se han hecho muchos índices generales de diversas publicaciones argentinas que, aunque con objetivos distintos, contribuyen en alguna medida a la cronología histórico-literaria, pero a excepción de algunas ediciones cronológícas poco significativas, aunque siempre útiles, consideramos que las obras de Andrew Graham-Yooll y de Manuel Vizoso Gorostiaga están destinadas inexorablemente a constituirse en hitos fundamentales de la Cronología histórica argentina y americana.

QUE DIFICIL ES SER UN PUEBLO

QUE DIFICIL ES SER UN CIUDADANO Y FORMAR PARTE DE UN PUEBLO
por Víctor O. García Costa
En el marco de la degradación social en que vivimos, cada vez es más difícil ser un Ciudadano y formar parte de un Pueblo. Es doloroso pero es así.Ciudadano y Pueblo no son simples vocablos, fácilmente sustituibles por algún sinónimo. Esas voces no tienen sinónimos. Ciudadano y Pueblo son los títulos de honor más altos en una República Democrática. Recuerdo que Carlos Sánchez Viamonte, ese gran Maestro del Derecho Constitucional argentino, solía decir que cuando él muriera no quería que su epitafio contuviera la mención de sus títulos de doctor y profesor emérito, sino que dijera simplemente : ’’Aquí yace un Ciudadano de la República’’. Y porque lo fue en el más alto grado, así titulé el libro que escribí a pedido del Círculo de Legisladores Nacionales dedicado a su magnífica figura: Carlos Sánchez Viamonte, Ciudadano de la República.El sistema económicosocial en que vivimos, insolidario, corrupto y corruptor, todo lo pervierte. En su forma globalizada, también ha globalizado la corrupción, el latrocinio y la inmoralidad. Nos debatimos en un mundo perverso, que rechaza las ideas y que se aturde con toda forma de ruido que le impida pensar. El bombo es la estrella: reina en las manifestaciones, en las canchas de fútbol y hasta en la Universidad. La gente ya no se mueve y marcha por ideas, como en las épocas más gloriosas del movimiento obrero y estudiantil y de los reclamos populares. Ahora la llevan y traen en colectivos, por un choripán y algunos pesos.Gobernantes corruptos, jueces corruptos, políticos corruptos, funcionarios corruptos, profesionales corruptos, religiosos corruptos, comerciantes corruptos, dirigentes corruptos, gremialistas corruptos, policías corruptos, periodistas venales, la sociedad entera está inmersa en una especie de cloaca en la que prima el poder del dinero que todo lo compra, ciegos y sordos ante el crimen, el robo, el proxenetismo, la trata de personas, el narcotráfico en un sistema en el que la ley es como el cuchillo: no hiere al que lo maneja,Claro que hay excepciones, pero son cada vez menos. Lo que la sociedad muestra, en todos los niveles, es un alto grado de perversión moral y social del que será muy difícil salir. Frente a una minoría que se debate en el campo del trabajo, de la ciencia y de la investigación en una búsqueda incesante de recursos en favor de la vida humana, una inmensa mayoría vive emporcada en las formas más variadas y rastreras de la corrupción y el encubrimiento con el único objetivo de enriquecerse a costa del sufrimiento y las carencias humanas: carencias de alimento, de educación, de protección de la salud, de derechos y de justicia.El utilitarismo más abyecto impera en la sociedad en que vivimos imponiendo la política del Avivato, esa que exalta al ladrón público, al juez venal, al gobernante corrupto, al funcionario coimero, que llegan a la función pública con unos pocos bienes o ninguno y que salen de ella enriquecidos, luciendo grandes mansiones con piletas de natación, viajando en cruceros por el Caribe y ostentando lujoso automóviles. Dolorosamente, para la mayoría de nuestro pueblo esos personajes no son delincuentes, sino ’’vivos’’, ’’ranas’’ a los que hay que adorar y seguir con el paso cansino, como diría Almafuerte, de las discretas pezuñas de los carneros.De este modo, sin educación y con hambre, explotados sin esperanzas, los millones de excluidos sociales creen ingenueamente que con estas dirigencias y con este sistema van a encontrar solución a sus problemas seculares y se limitan a esperar, como una beneficencia, que los vándalos dejen caer sobre sus bocas unas pocas gotas del agua fresca que ellos beben a raudales: esto es, la limosna de unas pocas monedas para lavar el enorme caudal del latrocinio.

EL JURAMENTO

JURAN SOBRE LOS EVANGELIOS, QUE PROHIBEN Y CONDENAN EL JURAMENTO
por Víctor O. García Costa
Durante la última Reforma Constitucional reapare­ció entre nosotros la ’’cuestión religiosa’’, aunque sin la virulen­cia de principios del siglo pasado cuando se debatió el proyecto del diputado Carlos Olivera sobre el divorcio. Por un lado, los que consideraron que las enunciaciones del Preámbulo y de los artículos 2, 76 y 80 de la Constitución Nacional, en esta cues­tión, respondían a problemáticas y tiempos históricos distintos y, por otro lado, los que convencidos de la inmutabilidad del dogma religioso se manifestaron preocupados por la posibilidad de su supresión o modificación. La cuestión persiste en otros temas.En una población mayoritariamente creyente y/o profesante de los diversos cultos y sectas reconocidos y no reco­nocidos, siempre pareció normal, en esta materia, que quienes se manifestaban dispuestos a defender los derechos de las minorías: indígenas, discapacitados, homosexuales, etc., no tuvieran en consideración los derechos de otra minoría: la de los no creyen­tes, agnósticos, ateos o como se los quiera llamar.Si bien es cierto que la pertenencia a la religión que requería el artículo 76 de la Constitución Nacional se operaba por la ceremonia del bautismo, que normalmente se reali­za imperativamente a los pocos días de nacer, sin posibilidad de resistencia del bautizado, no lo era menos que esa norma constitucional proscribía strictus sensus a quienes no pertenecían a ella y latus sensus podía proscribir a quienes, perteneciendo o no a ella en términos de bautismo, no la profesaban o no estaban dispuestos a violentar sus no creencias religiosas con un juramento religioso y tampoco estaban dispues­tos a mentir jurando.La Iglesia Católica planteó su deseo en el sentido de que la Reforma no excluyera el juramento por Dios, indepen­dientemente de la religión del que jura. Fue un paso muy impor­tante, pero que no resolvió el caso de los que no tienen ninguna creencia religiosa.La ocasión es propicia para señalar que distintas normativas, empezando por la propia Constitución Nacional, han tenido y tienen diversas formas de juramento. La Constitución Nacional hasta la reciente reforma tenía 3 formas básicas, una para cada uno de los poderes del gobierno: las de los artículos 59, 80 y 97.En el artículo 59 se establecía que ’’Los Senadores y Diputados prestarán... juramento de desempeñar debidamente el cargo y de obrar en todo en confor­midad a lo que prescribe esta Constitución’’. Las fórmulas especí­ficas de ese juramento fueron derivadas a los Reglamentos de los Cuerpos que, desde 1904 -juramento laico de Alfredo L. Pala­cios-, agregaron una fórmula con exclusión de Dios y de los San­tos Evangelios.El artículo 80 establecía una única fórmula de ju­ramento que decía: ’’Al tomar posesión de su cargo el Presidente y Vicepresidente prestarán juramento...en los términos siguientes: «Yo, N.N., juro por Dios Nuestro Señor y estos Santos Evangelios...»’’-El artículo 97, relativo a los miembros del Poder Judicial decía que ’’...prestarán juramento...de desempeñar sus obligaciones, administrando justicia bien y legalmente, y en con­formidad a lo que prescribe la Constitución’’. El Reglamento para la Justicia Nacional dado por la Corte Suprema en su Acordada del 17-12-1952, modificado por Acordada del 22-08-1966, estableció en el artículo 13 una fórmula de juramento para los jueces y funcio­narios judiciales: ’’¿Juráis por Dios Nuestro Señor y por la Pa­tria, sobre estos Santos Evangelios...?’’’.Al asumir el presidente provisional Alberto Rodríguez Saa y sus ministros, y luego el presidente provisional Eduardo Duhalde y sus ministros, el juramento fue practicamente unánime: ’’Por Dios, por la Patria y sobre estos Santos Evangelios’’.Curiosamente, los Santos Evangelios sobre los cuales se juró y se sigue jurando a nivel nacional, provincial y municipal prohíben expresamente el juramento. Siguiendo a Isaías 66.1 y Salmos 48.2, en el Evangelio de San Mateo, dice Jesús: ’’Además habéis oído que fue dicho a los antiguos: No perjurarás, sino cumplirás al Señor tus juramentos’’ 5.33. ’’Pero yo os digo: No juréis en ninguna manera; ni por el cielo, porque es el trono de Dios’’ 5.34. ’’ni por la tierra, porque es el estrado de sus pies; ni por Jerusalén, porque es la ciudad del gran Rey’’ 5.35. ’’Ni por tu cabeza jurarás, porque no puedes hacer blanco o negro un solo cabello’’ 5.36. ’’Pero sea vuestro hablar: sí, sí; no, no; porque lo que es más de esto, de mal procede’’ 5.37.Por su parte, el apóstol Santiago, en su Epístola Universal dice: ’’Pero sobre todo, hermanos míos, no juréis, ni por el cielo, ni por la tierra, ni por ningún otro juramento; sino que vuestro sí sea sí, y vuestro no sea no, para que no cai­gáis en condenación 5.12.En ocasión del juramento de una jueza del Registro Ci­vil, amiga del que esto escribe, finalizada la ceremonia, nos acercamos al funciona­rio y al escribano que habían tomado el juramento y les preguntamos si sabían que los Evangelios sobre los que se había jurado y que en hermosa encuadernación azul celeste se encontraban sobre la mesa, prohibían el juramento, lo que despertó su asombro cargado de incredulidad. Les pedimos que nos permitieran tomar el libro, buscamos el Sermón del Monte o de la Montaña y les leímos las palabras que San Mateo pone en boca de Jesús, lo que los dejó estupefactos, al punto que nos pidieron que les marcáramos la página lo que hicimos colocando una tirita de papel. Suele ser norma y así ocurre en las Universidades Nacionales que a los que no juran por y sobre los Evangelios los dejan para el final, al punto que juran casi en privado.No es ésta la ocasión para analizar en detalle los orígenes del juramento que no son, precisamente, religiosos, sus razones o sentido y cómo y por qué se ha incorporado a la norma­tiva de nuestro país. Lo evidente, es que los Evange­lios prohíben expresamente el juramento por lo que, insistir en jurar por y sobre ellos, mucho más para quienes profesan el cul­to católico apostólico romano, es una tergiversa­ción histórica y una alteración de la voluntad y del pensamiento de Jesús que los propios Evangelios hacen caer en condena­ción. Se nos dirá que San Pablo admite el juramento dirimente, como “fin de toda controversia” 6.16, pero ello es la excepción y entra en franca e inadmisible contradicción con las afirmaciones de San Mateo y del apóstol Santiago. Por otra parte, San Pablo no fue discípulo de Jesús.Y así andan por la vida, presidentes, ministros, diputados, senadores, ediles, jueces y funcionarios haciendo muchas cosas que no se pueden ni se deben hacer, entre ellas jurar por y sobre los Evangelios que prohíben hacerlo, lo que puede implicar una doble mentira: por un lado jurar por lo que no se puede jurar y, por otro lado, jurar por lo que dicen que van a hacer sabiendo que no lo van a hacer. Hemos sido los primeros en plantear en nuestro país esta flagrante contradicción, ya hace muchos años. Pero todos se hacen los ’’sotas’’, que es lo mismo que jurar por lo que no se puede jurar y hacer lo que no pueden ni deben hacer.